GESTIÓN DE EMOCIONES

Las emociones que nos asaltan en lo cotidiano, en el día a día, suelen ser de baja intensidad. Y el que nos afecten más o menos depende de la interpretación  que hagamos de aquello que nos acontece. De la actitud que mostremos ante lo que nos sucede.

En realidad ,mirando las cosas con perspectiva y ecuanimidad no son cosas tan importantes. No deberían desestabilizarnos. Por supuesto me refiero a temas menores, del tipo : un atasco en el coche, pinchar una rueda, olvidarnos el móvil,  llegar tarde a una cita……etc.

Son motivos banales pero que a veces generan emociones dañinas. La capacidad que tengamos para relativizar, y colocar en su justa medida las causas que las despiertan,nos permitirá enfocarlas de manera que no nos hagan daño.

En realidad no hay acontecimientos «malos» , cualquier situación  ( y no sólo aquellas generadas por nimiedades) son oportunidades para crecer. Son una plataforma para aprender, para evolucionar. Depende de la actitud con que las enfrentemos, podemos aprovecharlas o no .

Aceptando lo que ES , sin resistencias, se interpreta lo que acontece desde una actitud óptima.  Entendiendo que el universo te ofrece lo mejor para tu crecimiento, para tu desarrollo. Porque de esto va la vida. El compromiso que tenemos con nosotros mismos y con la humanidad entera, es el de evolucionar. Es un camino hacía  nuestro interior.

Otras causas que no tienen que ver con lo inmediato ( aunque puedan despertarse con lo inmediato) , como puedan ser inseguridades o complejos que arrastramos desde la infancia, nos pueden generar emociones dolorosas. Buscar las soluciones hurgando en el pasado, en el subconsciente,  tiene una utilidad relativa. Es muchas de las veces introducirte en un pozo sin fondo, siempre hay algo más.  No me parece muy eficaz, a no ser que sea para resolver casos ďe traumas graves.

Las emociones, todas , se deben gestionar a través del cuerpo. Toda emoción tiene su manifestación en forma de sensaciones en el cuerpo. Se trata de observarlas,  sin rechazarlas, con una atención sostenida, sin etiquetarlas,  sin juzgarlas.  Solo observar y sentir. Acogiendo el dolor, la angustia….,  aceptando. No añadiendo pensamiento, que no haría sino alimentar la emoción.  Solo observar atentamente,aceptando. Con un poco de práctica comprobaremos que la emoción se diluye, va perdiendo fuerza, e incluso se genera un gran sentimiento de paz.

Dependiendo de la potencia de la emoción, será más o menos fácil manejarla. Si realizamos la práctica de estar en el cuerpo ( la exploración corporal, descrita en otra entrada es un buen ejercicio) cada día con emociones de baja intensidad, estaremos mejor preparados para enfrentar las emociones realmente potentes : pérdida de un ser querido, una separación,  una enfermedad grave…. etc.

MEDITAR EN UN MINUTO

Dedicar un minuto, solo un minuto, de tú tiempo a meditar no supone esfuerzo. Lo puedes hacer en diferentes momentos del día. Varios minutos repartidos a lo largo del día.

Y con la práctica podremos mantener una doble atención,  en la respiración y en aquello que estés haciendo. Así te mantienes anclado en el presente. Mientras estás atento en la respiración puedes, por poner un ejemplo, estar lavando los platos. Esta tarea que normalmente se realiza de forma automática,  sin poner demasiada atención,  y que te alejan del momento  presente,  si se realiza practicando  la respiración consciente se convierte en una tarea agradable. En un excelente soporte para instalarte en el Aquí y Ahora.

La respiración consciente te lleva al presente, y te facilita el que puedas fijar a la vez, la atención  al acto de lavar los platos.

Evidentemente cualquier actividad puede cumplir el papel de soporte. Es indiferente la acción,  lo que cuenta es la actitud.  La respiración consciente es la mejor herramienta para potenciarla.

 

PRÁCTICAS DE INTEGRACIÓN

Las prácticas  de integración facilitan el desarrollo de la atención plena al realizar cualquier actividad sea mental o física.  Nos sirven de ejercicio al objeto de poder aplicar durante cualquier acción una actitud atenta. Para poder estar presentes de forma intencional en todo momento y en cualquier circunstancia.

Dentro de las prácticas  de integración destacaría,  «el caminar conscientemente» y «la atención plena en la comida y en el comer». Estas son acciones que realizamos a diario y son un buen soporte, un primer paso para poder  realizar cualquier actividad en un estado de atención plena.

LA ATENCION PLENA EN EL COMER , costaría  de tres fases :

La primera fase es la preparación  de la comida. La segunda fase es el comer.La tercera fase es la asimilación  y digestión  de alimentos.

En todas las fases es importante permanecer en silencio.

Durante la primera fase se huelen , se aprecian los colores, las formas, las sensaciones que nos provocan los alimentos. Sintiendo el cuerpo mientras cocinas, y los movimientos que realizas.

En la segunda fase , antes de llevar el alimento a la boca, se huele, después se lleva a la boca sintiendo su textura, temperatura, su sabor. Se mantiene fija la atención en la sensación del gusto. Se toma consciencia de la acción de tragar.

En la tercera fase, después de haber comido , se reposa en una posición cómoda durante unos minutos notando cómo el cuerpo está asimilando todo el alimento que has digerido.

LA PRÁCTICA DE CAMINAR CONSCIENTEMENTE.   Consta :

– CONSCIENCIA CORPORAL. – La atención se enfoca directamente en las sensaciones corporales: La sensación de las presión en las plantas de los pies, el movimiento de las piernas. El equilibrio que conlleva caminar, como se reparte el peso. El papel de la pelvis y el bajo vientre como centro del movimiento. La sensación de  la espalda. La respiración y el movimiento. La posición  de los hombros , y el suave movimiento de los brazos al caminar.

CAMINA DESPACIO -Encuentra un ritmo adecuado en el que el ritmo respiratorio y el paso entren en sintonia.  Si se está en conexión con el cuerpo se deberá encontrar un ritmo óptimo.

CONCIENCIA RESPIRATORIA -Se sigue cada inspiración y cada espiración en cada paso. Habiendo un doble foco de atención,  uno es en el cuerpo y otro en la respiración.

MIRADA – Se fija la mirada delante un par de metros, pero atendiendo a la visión periférica,  de modo que puedas observarlo todo.

La meditación formal ( sedente) nos prepara, es un excelente entrenamiento, como así mismo, el ejercicio  de exploración corporal( se detalla en una entrada anterior). Y las prácticas integrativas nos permiten y facilitan, dar el salto desde una práctica estática a una acción en movimiento.

La atención plena es la actitud a aplicar ante cualquier circunstancia o suceso.Y se trata de buscar la impecabilidad al realizar cualquier acción.  Dar lo mejor de nosotros mismos sin pensar en los resultados. Hacerlo, pensar en los resultados, no sería más que una proyección  a futuro, y lo que se pretende es el de instalarnos en el presente.Así, por ejemplo, al momento de lavar los platos debemos hacerlo «para lavar los platos» no para tenerlos limpios. No nos fijamos en el resultado, sí en la acción.

En las diferentes  culturas orientales se utilizan prácticas integrativas.  Así en el Japón cuentan con ceremonias como la del te. Donde todos los movimientos y gestos están medidos, lo que conduce a demandar una atención plena, que lleva a instalarte en el presente.

También en la India la realización de los mandalas requiere fijar una atención sostenida. Son figuras efímeras pues cuando se terminan se deshacen, y se comienzan de nuevo. Simplemente es un soporte para focalizar la atención,  para «darse cuenta» del momento, del Ahora.

En la medida que se va entrenando nos será  más facil utilizar de soporte para nuestra práctica, cualquier acción y actividad. La aspiración es estar en atención plena durante todo el día.

Como ya se ha dicho, estando en el Aquí y Ahora no hay espacio para el sufrimiento. El sufrimiento esta vinculado al tiempo, al pasado o al futuro.

 

 

 

MÁS ALLÁ DE LA FORMA

Las experiencias «trascendentes»(significativas,que tienen que ver con lo más íntimo y profundo de la persona) no hacen falta explicarlas. Están más allá de las palabras y conceptos. Cuando tratamos de explicarlas las  deformamos . Pero estamos tan poseídos por la mente ( el pensamiento), que sucede que la explicación adquiere más  peso que la propia experiencia. Y de ahí surgen las creencias.

Ni Socrates, ni Jesús,  ni Buda….. escribieron una sola línea.  Y es por eso que los maestros zen no se detienen a explicar ni a especular. Cuando se les pregunta sobre conceptos como Dios, reencarnación,  Karma….etc. , ellos guardan silencio.

La pregunta que habría  que hacerse, no es si crees en la reencarnación,  Dios,….en esto o en lo otro… , sino ¿ porque crees?¿ que es lo que te impulsa a creer? ¿ miedo quizás?. En las creencias nunca hay certidumbre.

En las creencias aceptas que aquello que  dicen, es creíble.  La pregunta es¿ Porque te lo crees?. Estamos hablando de asuntos que no pueden ser probados, no de ciencia. Y no es lo mismo creer que no creer. Si no crees , no rebates el argumento, no planteas teorias alternativas (o si, pero no necesariamente) . Simplemente no das credibilidad a planteamientos indemostrables.

Tomamos decisiones constantemente en base a apetencias, reflexiones, intuiciones….. y orientamos nuestras vidas de acuerdo a nuestra herencia cultural y educación.  Tomando conciencia de que esto es así,  relativizas el valor de las creencias todas. Y puedes darte cuenta de que estas condicionado, o puedes no hacerlo, depende del grado de conciencia.

Las creencias todas son fruto del pensamiento,  y de lo que hablamos aquí,  son de experiencias que trascienden los pensamientos. Buda trasciende el pensamiento cuando alcanza la iluminación.  Por eso no pone palabras a su experiencia. Eso lo hacen aquellos que le suceden, y ahí nacen las creencias.

La experiencia de Buda nace del silencio y la quietud. Cuando se habla de vacuidad,  se habla de ese vacío huérfano de formas. No hay nada. Ni palabras , ni creencias, ni pensamiento, ….. esa es la experiencia mística.  Experiencia de Unidad.

Evidentemente si la quieres explicar le pones palabras, pero sólo las imprescindibles. No creas un cuerpo teórico,  ni estableces dogmas.  La experiencia es quietud,  silencio y sentimiento de unidad con la totalidad. Ello no entra dentro de ningún  dogma, ni de ninguna creencia, es simplemente una experiencia. Es la cumbre de la evolución,  de ello se trata nuestro viaje interior.